La Basílica de Majencio. Teresa Sabater

LA BASÍLICA DE MAJENCIO

La Basílica de Majencio, a veces conocida como Basilica Nova, es un antiguo edificio que se encuentra en Roma. Fue comenzada por el emperador romano Majencio en el 306 d.C. y terminada por Constantino en el 312 d.C. Este monumento es el último y más grande edificio de la época imperial construido en el corazón de la ciudad, aunque no se considera parte del Foro Romano. Es probablemente, en volumen, la sala más grande construida en la Antigüedad y de ella adoptaron su estructura los primeros templos cristianos.

El edificio pertenece a la arquitectura civil romana. Tiene una planta basilical rectangular, elevada sobre una plataforma rectangular de hormigón, de 100 m de largo por 65 m de ancho. Está dividida en tres naves, siguiendo la orientación este-oeste:

• La nave central era más larga y alta (de base 80 x 25 m) que las laterales. Estaba cubierta por tres enormes bóvedas de arista o de crucería en hormigón, suspendidas a 35-39 metros sobre el suelo, apoyadas sobre cuatro grandes pilares de mármol de 14,5 metros de alto, cada una adosada a su terminación. Se levantó un entablamento de mármol, de lo que quedan sólo restos de los bloques parcialmente insertos en los muros.

• Las naves laterales medían 16 m de ancho por 24,5 m de alto. Estaban divididas en tres secciones, comunicadas entre sí y también hacia la nave central. Sus tres secciones están separadas y articuladas por ocho columnas  de mármol, de 14,5 metros de altura y 54 metros de circunferencia (las más grandes de la antigua Roma). Las naves estaban cubiertas por tres bóvedas de cañón semicirculares perpendiculares a la nave. Las bóvedas de las naves estaban aligeradas mediante casetones octogonales.

La entrada principal  se encontraba en el lado este,​ de cara al Coliseo, precedida por una escalinata, y daba acceso a un vestíbulo de 8 metros de profundidad que bordeaba toda esta fachada. En esta sala cinco entradas permitían el acceso a la basílica: tres a la nave central y una en cada una de las laterales.

Justo en el extremo opuesto, se abría un ábside precedido por dos columnas. Allí se colocó una estatua colosal, construida parte en mármol y parte en madera y bronce dorado, de 12 m de alto. La estatua representaba a Majencio y luego fue reformada con los rasgos de Constantino I. Algunas partes de mármol que sobreviven fueron descubiertas en el 1487 y se encuentran ahora en el patio del palacio de los Conservadores (Museos Capitolinos). Sólo la cabeza medía 2,60 m y el pie 2 m. Majencio construyó un pasadizo bajo la esquina noroeste del edificio, de 4 m de ancho por 20 m de largo.

Tras su victoria sobre Majencio en el 312, Constantino I encontró la basílica inacabada, y decidió reemprender la obra, pero modificando el proyecto inicial. Por el lado norte, construyó un segundo ábside cubierto por una bóveda de horno y en las paredes había nichos que albergaban estatuas sobre dos órdenes. Sobre el fondo del ábside estaba realizado un podio en mampostería destinado a albergar el tribunal de los jueces. Y en el lado sur, el que daba a la vía Sacra, abrió una segunda entrada próstila tetrástila con fustes. Se accedía a ella por una escalinata. El color del edificio antes de quedar destruido era blanco. 

Decoración

La decoración interior de este edificio era proporcional a su tamaño y a su carácter imponente. Los casetones hexagonales y octogonales del techo, además de reducir el peso de las bóvedas de cañón cumplían una finalidad decorativa. En su interior, había estatuas, entre ellas la de Constantino. Se pusieron inmensos mosaicos romanos en mármoles polícromos. Finalmente, el tejado estaba cubierto con tejas de bronce doradas.